Formación y empleo

Los españoles reclaman su salario emocional

Según Sodexo, 4 de cada 10 españoles renunciaría a una subida de salario en favor de medidas sin impacto económico para la empresa

Empresas más competitivas con plantillas en plena forma

salario emocional
Salario emocional

Ganar un buen sueldo ha sido –y es todavía– una de las principales motivaciones que un profesional busca en un empleo. Al fin y al cabo, se trabaja por dinero y ese es, de hecho, el tipo de retribución –monetaria– que viene especificada en el contrato laboral como contraprestación por las tareas realizadas. Sin embargo, existen también otra clase de beneficios al margen de los puramente económicos que cobran cada vez mayor fuerza como factores determinantes de atracción y, sobre todo, fidelización de talento. Son elementos, muchos de ellos intangibles, a los que se suele agrupar bajo la denominación genérica de salario emocional.

“El salario emocional es un concepto de remuneración que incluye todos aquellos elementos de retribución que no implican a la retribución económica directa”, resume Miriam Martín, directora de Marketing y Comunicación de Sodexo en España. Buen ambiente de trabajo, horarios flexibles o determinados beneficios sociales entrarían dentro de ese pack. En otras palabras, se trata de un valor añadido que hace que un trabajo resulte atractivo por razones que van más allá del dinero y que tienen un impacto directo en el compromiso y motivación del profesional.

La importancia de este tipo de factores crece a medida que evoluciona el mercado laboral. La guía El salario emocional: cómo reforzar tu propuesta retributiva, publicada por Sodexo Beneficios e Incentivos estima que 4 de cada 10 españoles renunciaría a una subida de salario en favor de medidas sin impacto económico para la empresa.

Beneficios del salario emocional

El salario emocional aporta numerosas ventajas tanto para la empresa como para el trabajador. A la primera, una importante reducción tanto de los índices de absentismo (hasta un 18% menos según estimaciones de Alares) como de los de rotación, además de mejorar sus niveles de productividad o de percepción de su marca de empleador. A los segundos les permite mejorar aspectos de su vida profesional y personal que inciden en su satisfacción, sentido de pertenencia o motivación laboral.

Para Fernando Botella, CEO de Think&Action, el concepto de salario emocional ha evolucionado con el tiempo.  “Hace años la identificación con la marca o con el propósito de la empresa eran factores muy determinantes; hoy, siendo aun importantes, tiene mayor peso en el salario emocional todo lo relacionado con el bienestar de los trabajadores o con la sostenibilidad entendida en un sentido amplio”.

Más en la fidelización que en la atracción

Una de las grandes dificultades del salario emocional es que, al estar basado muchas veces en intangibles, resulta complejo de aterrizar en una propuesta de valor atractiva y concreta que resulte efectiva de cara a la atracción de talento. Botella recomienda a las empresas “tangibilizar”, en la medida de lo posible, esa propuesta. “Si parte de tu salario emocional está en el buen ambiente de trabajo, crea eventos que permitan materializarlo, desde un desayuno con churros y chocolate los viernes hasta, las típicas fiestas de Navidad”.

Equilibrio con el ‘otro salario’

Según los datos de Sodexo, el 95% de los trabajadores considera importante que las empresas adopten medidas que influyan directamente en el salario emocional, como el teletrabajo, la flexibilidad o los beneficios sociales. Si bien son las generaciones más jóvenes, como los millennials o los Z, quienes más importancia conceden a estos elementos. “Los últimos en incorporarse al mercado laboral ya no consideran la retribución como su prioridad a la hora de elegir una empresa, sino que ponen por delante otros conceptos como la conciliación laboral”, asegura Miriam Martín.

Eso sí, no vale hacer trampa. Porque, aunque la tentación de apostar por este tipo de medidas para no tener que incrementar los salarios ‘de verdad’ puede ser grande, las cosas no funcionan así. Fernando Botella advierte de que es necesario un equilibrio. “Para que lo emocional surta efecto, primero deben estar cubiertos los factores higiénicos. Otra cosa es que, ante una oferta económica similar o incluso un poco por encima, el profesional prefiera quedarse donde está porque se encuentra a gusto, pero se debe partir de unos mínimos para que la ecuación funcione”.

Miriam Martín cree que el salario emocional seguirá ganando peso en las empresas en el futuro. “Ya estamos viendo cómo se van integrando otras fórmulas creativas que pueden incluir desde días libres para participar en un proyecto de voluntariado hasta la realización de actividades físicas o nutricionales en el marco de un plan de bienestar”.

Los principales factores del salario emocional

  • Conciliación laboral, horario flexible y teletrabajo. Según un informe de Randstad, para el 65% de los trabajadores la conciliación es un aspecto clave a la hora de escoger empresa donde trabajar, únicamente tres puntos porcentuales por debajo del factor salarial.
  • Atmósfera de trabajo. Las empresas en las que se respira un buen ambiente y se favorecen la socialización, la integración y la diversidad son especialmente importante para los jóvenes de la generación Z (entre 18 y 24 años).
  • Carrera profesional y formación. El crecimiento profesional es un factor muy valorado por 8 de cada 10 españoles.  Tener un plan de carrera definido y recibir capacitación profesional en aquellos aspectos que necesita el trabajador para crecer son determinantes para incrementar su satisfacción laboral.
  • Reconocimiento. Valorar, motivar y destacar el trabajo de los empleados favorece la unión de los equipos y el compromiso de los trabajadores.
  • Propósito y valores de empresa. Un sentido del propósito claro y demostrar valores como la transparencia, la igualdad o el compromiso con la sostenibilidad son aspectos cada vez más apreciados por los profesionales a la hora de elegir un potencial empleador.
  • Bienestar físico y emocional. Establecer políticas empresariales enfocadas a un buen cuidado de la salud física y mental de los empleados, fomentar hábitos saludables, implementar programas de wellness o cuidar la mente por medio del mindfulness y otras técnicas de meditación cobran cada vez más peso en el mix de salario emocional.

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